T´AS COMU UN TAPIN
Hace unos dies diva yo de paseu pel Muru San Lorenzu… Que
Porque paseu… no, será meyor tar tol día espurríu nel sofá comu fain algunos
que yo conozcu, peru esu nun ye lo que te diva contar, si ye que te interesa.
Cuenta, cuenta, que a ti, pásente coses muy rares.
Buenu.. Iba contestate, peru boy dexálu pa otra ocasión, ya casi nun
Me alcuerdu de lo que iba contate, nun fais más que interrumpime.
Que dibes pel muru.
A, ya me alcuerdu, yo diva, y el venía, y comu hacía muchu que no nos
veíamos, pues nos saludamos, comu se saluden los que nun tienen que facer,
comu yo, por exemplu, peru ya sabes que hay díes que sopla´l nordeste que
casi hay que garráse a la barandilla.
Después de el protocolu, dexé de facer teatru, y le pregunté ¿Qué tal?
estás? Y me contesta, a ningún lau, a pasar el tiempu.
Yo le contestu, ya veu ya, que el tiempu nun perdona.
El: yo también tuve ayer en perlora, peru nun se paraba con el aire
que facía.
Me paez que tas un pocu duru de oreya.
No, ya les vendí no quieru más oveyes ahora igual compru cabres.
Tú, si que tas comu una cabra, nun das una en clavu.
El: Yo también lo compré, aunque falta mucho pa Navida, peru ya toy
fartucu de que to los añus, pa Navida, tién que ser pavu, ya toy terreciendu, que
llegue, por culpa del pobre pavu.
Yo: Que te paso en la cara, que tienes una manu marcá, pero desta vez le señalé
su cara si no nun se entera.
A, lo de la cara, ye que venía una l´otru día nun pueblu de León, venía faciendu
coses muy rares, y al llegar donde estaba yo seguía faciendoles, y yo le dije; vaya caldar que traes. Y ella me dijo, pa ti son, entonces como me dijo que yeren pa mí, quise cogeiles, me pego un tortázu, que marche dandu vueltes hasta que caí en la otra acera,esa tía tién que tar entrena.
Entonces le ice señas pa ir a un sitiu más tranquilu, a ver si era capaz de que me
aclarara lo del tortazu.
El.- Hombre, aquí oigote mejor, no se si te lo explicare bien, ella venia haciendu señes con una manu, y con un pie venia limpiandu to lo que topaba por la acera.
Entonces lo que te dijo no fue pa ti son, lo que te dijo fue, que tenía parkinson.
Meca, vaya metedura de pierna, ye que a veces piensu que oigu algu mal, ya me lo diju la mujer, peru, comu ella na más que se entera que hay gripe en Francia ya marcha pal médicu malísima, poresu yo soy reaciu a empezar a ir, porque luego igual me pasa comu a ella, y entonces, prove médicu, vamus ponelu malu a el na más que nos vea llegar.
Yo: Pues no vayas al médicu, vete a una casa desas que venden audífonos, y ellos te dicen si tas comu un tapín, y si ye así, te ponen unos.
No me digas, y con esus urífinus dices que oigu comu un recién naciu.
Audífonos; Tanto como esu no lo se, peru puedes probar.
El: ¿Y esus urífinus? ¿Dónde se ponen?
Ya me tenía asta donde se empiezan los cestus de urífinus, y le dije, ponlos nel deu gordu del pie izquerdu. Y marché ya taba hasta les narices de aquel pesáu. A los quince díes fui a comprar unes piles pa los audífonos que uso yo, y como tengo confianza con les mocínes que tan allí, que son muy majes, pues, siempre charlamos un ratu, si nun tan muy apuraes, siempre les digu lo mismu, el saludo normal, y que me vendan una reeduca,elles ya saben lo que ye, son seis piles pa los aparatejos que tengu nes oreyes pa oyer mejor, que vienen empaquetáes en un estuche redondo, y luego un pocu de charla, y como a veces, no sale un tema de conversación, les pregunté ¿Qué hay muchu pelma por aquí?
Y una de ellas contesta, no, hoy no, pero hace unos días madre mía, vino uno pidiendo unos urífinus, le dijimos serán audífonos, y el que no que eran lo que el decía, que se lo había dicho uno que de esu sabe mucho. Estuvimos más de una hora, y no había forma humana de que marchara, ni de convencerlo de que son audífonos y que se ponen en las orejas, tuvimos que llamar a la policía, porque ya teníamos el local lleno de gente esperando.
Cuado vino la policía, lo llevaron a una zapatería, por si había salido algo nuevo últimamente de poner en el dedo gordo del pie.
El encargado de la zapatería, al decirle el guardia, lo que, quería, ya se imaginó lo que le esperaba. Y le preguntó ¿Qué desea el señor?
Y el señor, como no se entera de una, queee?.
Que si desea alguna cosa.
No, mi esposa ta nel médicu, ¿nun te enteraste que ya ta la gripe en los perineos?
El zapatero llenó el pecho de aire, y le preguntó por tercera vez, que si hacía el favor de decirle lo que, quería.
Entonces, el pesado, que así le vamos llamar, le contesta, hombre, ahora si que hablesti claru, ye que anantes hablesti muy suave, y yo, que debo tar un poquinin duru de la oidera, poresu quieru unos urífinus pa poner en el dedo gordu del pie izquierdu.
El probe zapatero, no contaba con tanto, pero intentó sacar fuerzas de donde no las tenía. Pero, vamos a ver, uste esta sordo como un tapín, y los audífonos son para poner en las orejas.
Pero el pesado no se rinde tan fácilmente, y le contesta, que manía con les oveyes, ya me preguntó otru por elles por la mañana, y le dije que les había vendido y que iba a comprar cabres.
El zapatero estaba a punto de pedir ala policía que llamara ala policía. Menus mal que llegó una moza que tenía allí empleada, y le pasó el recado.
El Zapatero, le dijo con poca voz, porque no le quedaba, le va atender la rapaza.
El pesado, pa que marchara a gusto, le dice, ¿Qué me baiga a mi casa? Esu será cuandu me des los urífinus.
La mocína que cavaba de llegar, ya se dio cuenta de lo que tenía delante. Y hablando claro y despacio, repitió las preguntas, y el las mismas respuestas. Pero la chavalina, era una empleada, y le pagaban para que solucionara los problemas que surgieran, aparte de vender, poreso, puso en práctica sus conocimientos de psicología, le acercó una silla, y ella se sentó en otra y empezó.
Bueno, usted quiere solucionar este problema ¿Verdad?
Y el pesado contesta, claru guapina, yo nun quieru amargay la vida a nadie, y tampoco, que naide me la amargue a mi, y por lo que me dijo uno hoy por la mañana, debu tar un pocu duru de oreya.
¿Quiere decir que no oye bien?
No lo se, guapina, si tu lo dices será verdá.
Bien, pues, usted, ¿Por donde me esta sintiendo hablar a mi? ¿Por el oído o por el dedo gordo del pie?
Home ya se que soy burru, peru lo que oigu, óigulu por les oreyes.
Entonces, la mocína sacó una foto de su padre, que tenía puestos unos audífonos, y se la enseñó, mire, este es mi padre, que tamién oía mal, y con esto oye mucho mejor, y como puede ver los lleva en el oído, no, en el pie.
Y dices que ese, es tu padre.
Si señor.
Pues… has de day les gracies…por un lau, y por otru, as de decíe, que me gustaría verle el deu gordu del pie izquierdu, con que le digas estu, creu que será suficiente, porque tontu nun ye, y tamién as de dicíe, que tién una fiya que nun la mirez. Y, ahora mismo boy pedíyus perdón a eses pruvines que arreventaben con la verdá, y yo, por culpa de uno que tién una fiya muy guapina, y que tubo la pruvína que baxame de la burra, que el me había subido, peru, mal subido. Y gracies por lo bien que me lo explicaste, esu de los aparatejos esos, que nunca aprenderé a llamarlos por su nombre
El pesado, como le llamaremos a nuestro protagonista, se presentó de nuevo donde había estado primero, para lo de los audífonos, cuando lo vieron llegar estuvo a punto de cortárseles la digestión del día anterior.
Pero esta vez el pesau, estaba desconocíu, y lo primeru que dijo fue, nun vos asustéis guanines, que vengu a pedíbus perdón por lo de anantes, teníais toda la razón ahora ya se donde se ponen esus aparategos, lo que nunca aprenderé ye a pronunciar su nombre.
Y de aquí pa lante les vóy llamar, de esta forma, porque, así, nun ye la peseta, ni pa mi ni pal espavilau que me mandó ponelus nel deu gordu.
Poresu, si tenéis tiempu pa mirar si ye verdá que toy comu un tapin, o ye que la xente, últimamente fala muy suave.
Porque todos me dicen, tas comu un tapín. Y porque nadie dice que ta el tapín igual que yo.
Una de ellas le contesta con voz alta y clara, será mejor que venga otro día porque hoy ya es muy tarde.
Y como la cabra tira al monte, el paisanin le contesta, no, guapina, mi madre nun pué venir porque ye muy vieyina, y ya nun se defiende, tengu que venir yo solu.
Entonces decidieron darle un papel escrito con lo que tenía que hacer, por si escaso.
Caborana 17-05-2007
El Osquense